El lugar, la imagen.

Colección: Poesía.
ISBN:84-7671-955-8
Año de edición:2006
Disponibilidad:
Autores:
Ruy Ventura

Número de páginas:87 p.
Precio: 8 €.
Medidas: 20 x 14  cms.

Descripción:

El libro de poemas de Ruy Ventura El lugar, la imagen, pertenece a la serie “Letras portuguesas”, en la que la Editora Regional de Extremadura irá presentando algunas de las voces fundamentales de la última literatura del país vecino: poesía, narrativa, ensayo...
Esta edición, bilingüe, cuenta con una traducción al castellano de Antonio Sáez Delgado (Cáceres, 1970), poeta, ensayista y prestigioso traductor y profesor de la Universidad de Évora.

Una cita de Bernardo Soares, heterónimo de Pessoa y “autor” del Libro del desasosiego, abre este libro: “Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”. Y en torno a estas palabras se articula el poemario de Ruy Ventura, uno de los nombres más interesantes de la nueva poesía portuguesa: la imagen, parece decirnos, también puede ser “interior”, es decir, no construida con la mirada sino con las vivencias, con los lugares visitados, vividos, siempre con una carga de pasado, de atemporalidad, y, casi, de sacralidad: un fuerte (el de Portinho da Arrábida, el de Aveyron...), una iglesia (la de Portalegre), un castillo (el de Sesimbra, el de Carreiras, el de Valencia de Alcántara...), una torre (la de las Jerónimas, en Trujillo)... Y no sólo lugares: también objetos, objetos “contemplados” (una escultura antigua, una talla de madera...)
Los paisajes -los lugares- son proyectados en la escritura con un distanciamiento y una dicción (siempre esa combinación: las formas populares y la vanguardia, digamos, tradicional) que los hace más verdaderos y duraderos: la emoción siempre contenida, y las palabras siempre en voz baja. La huella que deja esta poesía tiene que ver tanto con lo dicho como con lo no dicho. Sirvan como ejemplo unos versos del poema “regreso”, que nacieron, como señala Ventura en una nota al pie, al contemplar una escultura del legendario rey portugués Don Sebastián, un verdadero mito, más sentimental que heroico, en su país: “dejaste en la piedra / tu mirada sin sombra / para soportar mejor / el peso de los hombros, / recuperando la ceniza / que quedó sobre el océano”. Y una estela funeraria romana hallada en Mérida provoca estos otros, del poema “memoria”: “oigo mal el sonido del laúd en tu casa. / no puedo ver la paloma / que vuela sobre la ceniza, / en el sepulcro de la ruina y de este alma. / he exhumado con los ojos / el mosaico que rodeaba, quizá, a ese corazón / –sumergido en el agua y la melodía. // siglos después, encuentro ese rostro / tan pronto escondido. / dibujado en el mármol. / como en una fotografía. / esa sonrisa excavando la penumbra de la nave // la iluminación de las lágrimas / en el interior del cristal”.
Reseña:

Este livro abre com um poema dedicado a uma escultura em barro do século XVIII:
«um corpo nasce nas mãos do oleiro / um corpo desce. procura / a raiz, a porta, a lareira / acenderá o mundo com o seu sopro / com a sua voz.»
Segue-se a meditação sobre uma escultura de madeira do século XVII:
«em que palavras leste a semente desse brilho? / no verbo que ele guardou no teu silêncio? / no coração, ardendo na memória? /ergues os olhos, saciando /o cálice em que saciámos a nossa sede.»
Mas pode ser também uma moeda romana do século I depois de Cristo, o motivo do poema. Ou uma estela funerária. Ou uma escultura em Lagos. Ou uma casa em Arronches. Depois pode ser uma catedral em Compostela, uma fortificação templária em Aveyron ou um poço num certo lugar em Penamacor. Livro feito (como diz o título) de lugares e de imagens, em todas as suas páginas vibra uma voz poética a ligar a Natureza e a Cultura. Como por exemplo em «arquitectura», poema escrito perante o castelo e a judiaria de Valência de Alcântara:
«subimos à torre para melhor vermos / o círculo que nos une a esta terra / desce o firmamento. hesita esta memória / em tocar o bosque cuja língua desaparece. / de súbito, uma águia /a música que escrevemos. para sempre. /de regresso à largueza / da floresta» Assim se prolonga poeticamente a rejeição da morte o mesmo é dizer a negação das sombras, do esquecimento e do desespero.

En Notícias da Amadora. Semanário popular. (09-05-2007) www.noticiasdaamadora.com.pt


[...] La búsqueda de la palabra mínima parece ser, sobre todo, un encuentro con la imagen. Quizás no sea casualidad que un nuevo libro de Ruy Ventura, salido en España en una edición bilingüe, se titule El Lugar, La Imagen. Se trata de un conjunto de poemas de calidad fuera de lo común, revelando una poesía con amplio sentido inventivo asociado a una maduración verbal que lo es de una experiencia poética. Sin embargo, su obra es muy reciente, ya que su primer libro, Arquitectura do Silêncio, salió en 2000, teniendo obtenido el Prémio de Revelación de poesía de APE. Después, publicó en 2003 Sete Capítulos do Mundo y Assim se deixa uma Casa. En 2004 aparece Um Pouco Mais sobre a Cidade.

Consideremos ahora este nuevo libro que presenta los poemas en portugués y, paralelamente, su traducción por António Sáez Delgado. Es el primer poema que, además, revela de cierto modo el tono de los poemas siguientes: “surgió, primero, como un título breve, / acompañando a la superficie de la montaña – / el color de la tierra, dentro de la sangre, / el sudor del nacimiento. // quedó, después, entre paños y melodías, / sobre la sábana (¿de agua?) / donde permanecía ese rostro / – el grito que reveló el mundo. // lejos, el horno. la palabra / daba calor al cuerpo, sobre las hierbas, / debajo de un castaño. // dibujó entonces en unos granos de trigo/la luz que resistía sobre el tejado. // la mano acaricia el cabello. / el rostro busca el rostro. / la mano busca el barro. recrea, / transcribe al sur este poema. // la expresión ilumina las viñas.”

Las imágenes surgen dentro de un campo expresivo que se diría ser referencia: la montaña, la tierra, la sangre, el agua, el horno, el castaño, etc. Pero su sentido se ensancha, se diversifica. Se aproxima cada vez más de un área simbólica, como es el caso, por ejemplo, de la palabra paños que nos conduce a una revelación – a una revelación simbólica, que se centra en el nacimiento de un niño, lo que el contexto del poema ayuda a certificar (“dentro de la sangre”, “el sudor de nacimiento”), para que, más adelante, este sentido se adense con las imágenes de la casa, del campo y, por último, del propio poema mientras tal. La referencia de la imagen no hace que la palabra se agote en su sentido más obvio.

Un caso en que la referencialidad parece haber sido asumida plenamente es aquel en que el poeta se refiere a la fotografía. “Fotografío todo”, nos dice en un poema titulado “Registo”. Pero, al hablar de un cuerpo, rápidamente todo se desenfoca o, mejor, encuentra o acaba por sorprender otros ángulos de visión. El cuerpo se vuelve “un guarismo en la piedra / – señales resguardando la casa”. Surge un lugar habitable, como si las imágenes buscasen (y así termina la poesía) el “interior / del mundo”.
Todos estos poemas de Ruy Ventura revelan una seguridad que encuentra, en su rigor, la posibilidad de las palabras – al final, las palabras íntimas – alcancen aquellos múltiplos sentidos que les garanticen un poder de revelación.

En JL Letras. (23-05-2007)