Un duelo privado. Notas sobre el exilio como literatura de viajes

Colección: Ensayos literarios.
ISBN:84-7671-798-9
Año de edición:2004
Disponibilidad:
Autores:
Luis Sáez Delgado

Número de páginas:175 p.
Precio: 8 €.
Medidas: 16,5 x 12  cms.

Descripción:

Notas sobre el exilio como literatura de viajes se subtitula -un subtítulo que aclara tanto su sentido como su forma- este libro. Luis Sáez Delgado ya había utilizado el fragmento como "estrofa" personal para asediar el concepto de identidad -a partir de la literatura "de provincias", cien años atrás- en su primer ensayo, Animales melancólicos (2001). Es ahora la literatura "del exilio" el centro de su atención. El big bang creativo de lecturas y escritura de Sáez Delgado genera, en torno a este asunto, un artefacto literario inclasificable, poético unas veces, narrativo otras, sin género concreto y libre en sus ambiciones: libro de citas, catálogo de voces, conversación.
Reseña:

"Entre los varios cientos de miles de españoles que abandonaron la Patria a raíz de la rebelión militar de 1936, figuraban multitud de escritores (entre ellos, muchos de los más brillantes de las letras peninsulares), cuyos testimonios, en absoluto coincidentes, llenarían toda una biblioteca. Otra no menos amplia requieren los libros redactados por autores que antes nunca lo fueron y a los que la nueva situación les engendraría el ansia de escribir, como denuncia, solicitud o simple terapia. Y eso sin hablar del 'exilio interior'.

Luis Sáez se introduce en ese bosque literario, pluma en ristre, para anotar en sus cuadernos de lectura los hitos que se le antojan más sobresalientes. Y, como aquella fuga multitudinaria hubo de coincidir con otro éxodo no menos lacerante, el de los judíos escapados a la barbarie nazi, el autor construye su obra haciendo alternar citas de uno y otro exilio, iluminadoras de esa 'literatura de la huida', así como de los hombres y mujeres que la suscriben. Como contrapunto, se añaden también a este mosaico algunas teselas labradas en el taller de los vencedores, incapaces si no de justicia, al menos de piedad.

Un duelo privado es obra voluntariamente fragmentaria, como si de un conjunto de apuntes sueltos, aunque con aire de familia, se tratase. Opción legítima (¿cuál no la es en el terreno creativo ?) e incluso brillante, cada vez más frecuentada hoy, aunque perturbe a los lectores clásicos. Algunos desearíamos, entre tantas voces aquí recogidas, oír más la del propio ensayista, tan diáfana cuando se permite expresarse, pero excesivamente púdico o respetuoso ante el abismo de dolor evocado. Lo cual no quiere decir que falte su toma de postura, inconfundible, radical, contra los responsables de la tragedia".

PECELLÍN LANCHARRO, Manuel. "Tristezas del exilio". Hoy, 1 de febrero de 2005. pp. 52.


“Los exiliados de la Segunda República española han adquirido en la distancia la categoría de héroes de la dignidad. En el pensamiento de Luis Sáez (Cáceres, 1966) esos escritores y políticos que abandonaron España a causa de la guerra civil, semejan a los héroes que uno podía imaginar en la infancia. A muchos de ellos los ha reunido en Un duelo privado, su segundo libro [...]

Inserta citas de libros de los autores que trata (diarios de Azaña, recuerdos de María Zambrano, evocaciones de Arturo Barea...) y con ellos repasa las grandes líneas del exilio: el regreso, la muerte, la postura ante la lengua, la huella del pasado.

Pero Sáez va más allá del ámbito español y une este “asedio” al exilio a otros desarraigos similares: la deportación, el destierro, tan comunes en la historia europea del siglo XX.”

BARRERA, L. “Sáez rescata la dignidad de los exiliados en ‘Un duelo privado’”. EL Periódico de Extremadura, 1 de febrero de 2005, pp. 73.


"Sáez conversa en su interior con el discurso propio del que lee en voz alta para sí mismo, alquitarando el mensaje de estas palabras necesariamente turbias, pues están dictadas desde la ignominia del truncamiento. La interminable nómina de estos seres cercenados desfila ante nosotros, insisto, carente del prurito de la erudición; como un duelo privado al que obligatoriamente debiéramos asistir si quisiéramos mejorar nosotros mismos como personas. Es tal la magnitud del desarraigo expuesto (pese a que se atempere con algún que otro episodio casi risible) que nos parece lejana la circunstancia de vernos implicados en semejante genocidio, en tamaña degradación.

Luis Sáez no dictamina; elucida en su discurso alucinado para que comprendamos -en la grandeza ética de Manuel Azaña, en la asustada esperanza de tantos intelectuales exiliados, en la afligida asunción de la imposible vuelta a corto plazo, en la callada música trágica de tantos trenes hacia el abismo y de barcos zozobrantes de miedo en estado puro, en la terrible amputación de tantas y tantas vidas- la siniestra insignificancia de la condición humana, a la que sólo resta la transitoriedad de la letra escrita para dejar constancia de la tenebrosa extensión de su dolencia.Cuando logramos calmar el escalofrío que nos deja la postrera postal de Etty Hellisum corremos a abrazar fuertemente lo que nos es más cercano, más íntimo, asolados por el pánico y confiando en que no sea la última vez.

Y no tiene sentido ya decir que 'Un duelo privado' sobrepasa con creces las de por sí amplias fronteras del género del ensayo, que la ironía de su subtítulo no es más que un índice de distanciamiento y que libros como éste son los que marcan la pauta de un nuevo concepto de literatura."

GARCÍA FUENTES, Enrique. "Breve rastro del dolor". HOY. 2 de febrero de 2005. pp. 58.