Colección: Estudio. ISBN:978-84-9852-701-8 Año de edición:2021 Disponibilidad: Sí Autores: Juan José Sánchez González

Número de páginas:220 p. Precio: 14 €. Medidas: 23 x 17  cms.

Descripción:

La España de en torno a 1900 en la que Cascales Muñoz alcanzó su madurez intelectual era un hervidero de ideas. El fracaso colonial y la crisis generalizada de la Restauración invitaba a repensar muchas cosas, y tanto era lo que se necesitaba pensar que hubo que adoptar un término específico para designar a quienes asumieron esta tarea, intelectuales. Es lo primero que podemos afirmar con seguridad de Cascales Muñoz, que fue un intelectual. Cascales asimiló muy pronto el término. Ya en 1898, mismo año en el que el concepto es adoptado en la lengua francesa por Clemenceau, le sirve para designar al grupo de científicos, literatos y artistas que frecuentaba en Sevilla durante sus años de estudiante. Es posible advertir en ello la influencia de Unamuno, que ya en 1896 había empleado el adjetivo intelectual para designar a la juventud dedicada a los estudios científicos, a la literatura y al periodismo. Un intelectual es alguien que emplea su inteligencia como medio de vida, pero que también se sirve de ella para erigirse en conciencia viva de una sociedad. Lo cierto es que Cascales se deshizo muy pronto del término, que apenas utilizó en sus escritos posteriores, aunque siempre siguió considerando al intelectual como un personaje social con una función específica. Al final de su vida, dentro de esa extraña utopía política que fabrica a base de sintetizar ideas, precisa el papel que debía desempeñar el intelectual, convertido en una especie de consejero áulico que auxilia al gobierno, un intelectual orgánico en el sentido gramsciano.

En la fotografía de familia del primer tercio del siglo XX algunos nombres parecen haber quedado oscurecidos por el brillo de la primera fila, hasta el punto de que su obra y trayectoria se desdibujan y, en ocasiones, casi se desvanecen. Sin embargo, resulta imposible entender la riqueza cultural de los años veinte y treinta sin tener en cuenta el papel de muchos de esos nombres, como el de José Cascales -temprano sociólogo, comprometido con el sindicalismo del momento, periodista y crítico literario-, que dotan al horizonte intelectual de su tiempo de un espesor que resulta esencial recuperar, para que esa fotografía muestre, poco a poco, todos sus matices y se recomponga, al mismo tiempo, la imagen real de aquella Extremadura.

Reseña:

Juan José Sánchez González (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1984). Licenciado en Historia del Arte por la
Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Historia del Arte por la Universidad Nacional de Educación a
Distancia. Buena parte de su labor investigadora se ha centrado en la historia de Villafranca de los Barros, siendo autor y coordinador del libro Historia urbanística y social de Villafranca de los Barros (ss. XIV-XXI), y autor de diversos artículos sobre historia de la localidad, además de establecer el contenido y desarrollar recursos museográficos para el proyecto museológico del Museo Histórico-Etnográfico de Villafranca de los Barros inaugurado en 2013.

Otro de su campo de estudios ha sido la fortificación medieval en la provincia de Badajoz y la historia medieval de la misma, temática en la que basó su tesis doctoral La arquitectura fortificada y la imagen de poder en la nobleza extremeña del siglo XV.